jueves, 25 de diciembre de 2008

lucha


Otra vez me reconozco derrotado,
sostuvimos ardua y dura lucha de varios días,
tú incitándome a cogerte
yo mirando con el peor de mis desprecios.
Pero me reconozco perdedor
y aquí estoy de nuevo
estampando en tinta roja,
lo que juré no volver a escribir.

Que manía más estúpida ésta,
de dar quietud a mi espíritu
garabateando torpemente en tinta roja
los sabores y sin sabores
de de un millón de días
que parecen no tener fin.

Mientras el humo nicotinoso
escapa por la pequeña ventana
se renueva el oxígeno ya inspirado
y una suave brisa del caer de otra tarde
da un respiro al calor sofocante
que hoy fue una nefasta compañía.

Esta vez solo palabras al viento,
solo viejo y tonto hábito de escribir,
la lucha interior continúa,
el papel se comienza a exasperar,
el lápiz insiste en doblegarme,
pero no, hay antiguas metáforas
que no volveré a escribir.

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